jueves, 5 de mayo de 2011

Como eran las cosas.


Encerrado, un llamado de auxilió en silencio.

Te pido que entiendas...

Y el tiempo, al no sentir aquella cálidez,
simplemente se detiene, y vuelve a comenzar
cuando la siente nuevamente cerca...

Cerca, ¿Cómo? si no existes...
Llévame lejos...
quiero comenzar como un murmullo,
donde nada, ni nadie
pudiese encontrar mi sombra escondida
tras las paredes de una indiferencia moral...

Llévame lejos...
Donde solo nos alcance tu sonrisa en el alba de mi amanecer,
y dejemos atrás los raccontos,
las memorias, las nostalgias,
donde solo tu, yo y nuestros ojos pueden vivir...

Quizá vendados,
descubrimos como eran las cosas...
como cambian unas,
y como se mantienen otras...
Otras que sin intuición,
vuelven en un circulo vicioso,
donde pareciera que el tiempo no corre...

El tiempo, que se detiene cuando tú no estás,
y simplemente vuelve al verte...
Paralelamente saliste de mi mundo banal,
y tienes un tiempo único,
en el cual,
esta constituido por tus ojos y sonrisa a un lado,
y por el otro por tus manos largas y delgadas,
un mundo en el cual solo entramos tu y yo...

Eres tan nada menos que todo un hombre,
que entiendo que quizá por el momento,
seas solo mío,
algún día deba compartir...

Tú piel y tus labios...
Tú tiempo y el mío...

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